sábado, 12 de marzo de 2011

La enfermedad nuestra querida amiga


Rocio dejó de sentir sus piernas, por un movimiento que ella consideró como de serpientes que agitaban de abajo hacia arriba de sus piernas perdió el control total de su movilidad. Así, de repente como si un día caminas y al día siguiente ya no.
Tal parece que los médicos se encargaron de hacerle creer que estaba " loca" que medicamente no tenía ninguna razón para dejar de caminar sin embargo la realidad era que sus piernas no tenian ni fuerza ni movimiento.

Carolina iba bajando del metro y se tropezo con sus propios pies, nótese ( con sus propios pies) así que cayó de frente y el resultado desastrozo fue el brazo quebrado.
¿Cuántas veces como Rocío o Carmen sentimos que no podemos avanzar o lo peor de todo que nuestro propio enemigo para avanzar somos nosotros mismos. Lealtades, creencias, amor ciego, como le queramos llamar, el punto es que la desesperación llega al límite cuando nos damos cuenta que si existiera un verdugo estaría dentro de nosotros mismos.

Tal parece que las emociones incesantes y muchas veces contradictorias hacen que nuestro cuerpo tome la decisión inteligente de frenarnos y si, aunque resulte " extraño" por amor!!
Y es que nuestro cuerpo se vuelve nuestro mejor amigo cuando evita que nos dañemos a nosotros mísmos.

Por supuesto el cliente busca soluciones, y con humildad la respuesta es: ¿Qué quiere decirte tu noble cuerpo? Le haz preguntado a tus piernas, a tus brazos, a tus rodillas que necesitan de tí para seguir funcionando? Así la enfermedad deja de ser ese monstruo atroz que nos destroza la vida y comienza a ser nuestro mejor amigo que obedece a un amor superior, a una voz profunda del alma que nos susurra voltear a ver lo obvio.
Así que querido lector escuchar el alma es más sencillo de lo que parece, con un corazón ligero y una inocencia de niño. ¿ Qué necesitas de mí?

No hay comentarios:

Publicar un comentario